La ansiedad es una emoción y un sistema de alerta necesario para la supervivencia que todos tenemos. Es la base del aprendizaje y de la motivación y es necesaria para la maduración de la personalidad. Ayuda pues a movilizar las defensas del organismo y tiene un papel fundamental por ejemplo en el dolor que nos indica que algo va mal. El problema es cuando ese sistema se descompensa y nuestra ansiedad es excesiva sin que haya motivos reales para ello.
La ansiedad se puede desencadenar por muchos factores, tanto externos (una situación de examen, un perro, un supermercado) como internos (sensaciones corporales, pensamientos, imágenes). Si estos estímulos se perciben como amenaza se produce un estado de aprehensión o miedo que va acompañado de sensaciones corporales que a su vez interpreto de forma catastrófica o errónea siendo respuestas de ansiedad normales para todas las personas. Por ej. creer que las palpitaciones ante una situación de ansiedad, que es una respuesta normal de cualquier persona, son un ataque cardíaco inminente o creer que la dificultad para respirar va a ser total y me va a producir la muerte. Por tanto, las crisis pueden ser desencadenadas por estímulos externos como un supermercado o internos como sensaciones corporales, pensamientos, imágenes, y hace que aumente mi aprehensión, manteniendo un círculo vicioso que acaba en un ataque de angustia.
También nos producen ansiedad las intervenciones quirúrgicas en las cuales sentimos un descontrol muy grande hacia lo que nos sucede puesto que nos ponemos en manos de otros y poco podemos hacer sino depender de ellos. Las personas ansiosas suelen ser muy controladoras, necesitan controlar lo que les sucede. La ansiedad también nos hace estar muy pendientes de nuestras sensaciones físicas.
La ansiedad es una emoción natural adaptativa para la supervivencia que garantiza que reaccionemos de una forma rápida ante un peligro. Es variable en intensidad y frecuencia y su aumento es lo que causa problemas.
¿CUÁLES SON LOS SÍNTOMAS DE ANSIEDAD?
La sintomatología que se experimenta son reacciones que escapan al control de la persona y que tienden a repetirse si no los detectamos y tratamos correctamente. Para identificarlos voy a detallar los tipos de síntomas de ansiedad que existen:
- Somáticos o físicos: palpitaciones, taquicardia, mareos o sensación de inestabilidad, naúseas, sensación de malestar en el estómago, sudoración excesiva, sensación de ahogo, temblores, rigidez o debilidad muscular, insomnio, tensión muscular, hormigueos, fatiga y dolor de cabeza tensional.
- Emocionales: sensación de agobio, miedo, sensación de falta de control, irascibilidad, inseguridad, sensación de extrañeza y/o vacío, incertidumbre, mayor vulnerabilidad, inquietud.
- Conductuales: hiperactividad o hipoactividad motora, bloqueo, impulsividad, deseo de escapar o huir de la situación, estado de alerta permanente y dificultad para permanecer tranquilo.
- Sociales: dificultades para seguir el curso de una conversación, verborrea, quedarse en blanco, dificultades para expresar sus opiniones y emociones.
Cada persona puede presentar unos síntomas concretos diferentes a los de otra persona, depende de su vulnerabilidad biológica y psicológica e incluso de experiencias vitales.
SÍNTOMAS FÍSICOS MÁS COMUNES DURANTE UNA CRISIS DE ANSIEDAD Y A QUÉ SE DEBEN:
- Mareo: aumenta la tensión en cervicales y por consiguiente disminuye el aporte de sangre a la cabeza.
- Falta de aire: como resultado de la hiperventilación se produce un desequilibrio entre el CO2 oxígeno en sangre que produce sensación de ahogo.
- Pérdida de sensibilidad y palidez: ante la situación de peligro nuestro cuerpo envía más sangre a las zonas donde podría hacer falta, dejando otras partes del cuerpo con menos riego.
- Taquicardia: en situación de peligro el corazón trabaja más duro para poder enviar más sangre a las partes que serían necesarias para el ataque o huida, haciendo nuestro cuerpo más eficaz.
- Opresión en el pecho: la hiperventilación provoca tensión en los músculos intercostales, y también se producirá un dolor reflejo de las posibles contracturas provocadas en cervicales o dorsales por la tensión.
- Temblor: exceso de tensión en nuestros músculos.
- Nauseas: efecto natural de la ansiedad en el sistema digestivo. Desaparece rápidamente al reducir la ansiedad.
Como ves, todos los síntomas físicos que produce la ansiedad tienen una explicación y no son peligrosos para nuestra supervivencia, de hecho, son todo lo contrario, en caso de que la amenaza fuera real nos serían de gran ayuda.
Pero durante la crisis de ansiedad, no solo están presentes síntomas físicos, sino que suelen acompañarse de unas interpretaciones de la realidad con cierto grado de catastrofismo, pero también tienen explicación.
PENSAMIENTOS CATASTRÓFICOS MÁS COMUNES DURANTE UN ATAQUE DE ANSIEDAD Y SU EXPLICACIÓN:
- Volverse loco: la locura o psicosis tiene unos síntomas que llamarían bastante la atención de las personas de alrededor y no son para nada parecidas a las de una crisis de ansiedad. Además, las personas psicóticas no tienen temor a la psicosis ni consciencia de sus síntomas. * Si tienes miedo de volverte loco/a, enhorabuena, no lo estás haciendo. *
- Sufrir un ataque al corazón: un ataque al corazón puede tener algunas similitudes con un ataque de pánico, pero existen formas de diferenciarlo. El dolor durante un ataque cardiaco suele ser difuso, mientras que en un ataque de pánico suele tener un punto más o menos concreto. Otra forma de diferenciarlo es con el esfuerzo físico, ante un ataque cardiaco la presión se alivia con el descanso, mientras que con un ataque de pánico la presión es continua.
- Asfixiarte: como indicaba antes, se produce todo lo contrario, es la hiperventilación y el exceso de oxígeno la que provoca esta sensación.
- No poder soportar tanta ansiedad: la reacción de alarma no puede mantenerse de forma indefinida, incluso sin hacer nada, pasará. Además, la ansiedad no es peligrosa para nuestro cuerpo.
- Desmayarse: la probabilidad de un desmayo es muy baja, ya que la reacción de nuestro cuerpo es justo la contraria, la activación, aumentando la tensión de nuestro cuerpo. Incluso en el improbable caso que esto ocurriera, no existe ningún peligro.
Es importante desmontar estas interpretaciones ya que esto hará que, aunque llegue ese pensamiento de forma automática, no le demos tanta credibilidad y así poder frenar el aumento de ansiedad antes de que se convierta en un ataque.
Y SI ME SIENTO ASÍ, ¿QUE ES LO QUE TENGO QUE HACER?
- Intenta poner en tela de juicio lo que estás pensando en este momento.
Anota en una hoja lo que piensas. “Si me contagio qué evolución tendrá en mi cuerpo la infección, podría morirme”
Anota los datos objetivos que justifican lo que estás pensando. “En este momento no tengo síntomas como para concluir que tengo el virus”. Si no tienes datos objetivos es un pensamiento irracional y tienes que desecharlo, no dedicándole más tiempo. Focaliza tu atención en aquellas cosas que puedes hacer en este momento y que puedas controlar directamente.
Anota una nueva forma de ver la situación que te molesta. “Estoy tomando todas las medidas para no contagiarme, ahora continúo con lo que estaba haciendo y pensaré en otras cosas”.
Describe la situación y no la juzgues.
- Valida tus sensaciones. Son normales, molestas pero normales.
“Siento sudoración, calor y me late el corazón más deprisa, estoy con inquietud”. Es normal que me sienta así, no tengo que luchar contra estas sensaciones, poco a poco se irán pasando. Acepto mis emociones.
- Puedes hablar de lo que sientes, de lo que te preocupa, con alguien que haga una buena recepción de tus palabras, que te comprenda, que no te juzgue, tampoco son necesarios los consejos rápidos para intentar hacer algo que te quite esa sensación. Solo expresa.
- Puedes respirar profundamente, con serenidad, tres veces y continúa con tu respiración normal.
- Intenta moverte de vez en cuando, no estés mucho tiempo sentado/a. Realiza alguna actividad física, es suficiente con que sea moderada, no te propongas metas que ahora cueste conseguir.
- Cuida y fomenta las relaciones sociales. Conversa con familiares y amistades.
- Focaliza tu atención en estímulos externos y en lo que vas a hacer de manera inmediata. Realiza actividades que te gusten de vez en cuando.
- Intenta mantener hábitos de sueño y alimentación saludables.
- Diseña objetivos sencillos a trabajar durante el día y haz lo posible para conseguirlos, a veces incluso aunque no te apetezca. Disminuye un poco el ritmo de las cosas que tienes que hacer.
ATAQUES DE PÁNICO, ¿QUÉ SON Y POR QUÉ SURGEN?
En situaciones en las que sentimos un miedo intenso o en las que hemos mantenido una situación de ansiedad durante mucho tiempo puede darse lo que conocemos como “ataques de pánico”. Un ataque de pánico puede ser fácil de identificar para un psicólogo/a, pero difícil para la persona que lo sufre por primera vez. Normalmente, lo que la persona piensa es que le está sucediendo algo muy grave. Los síntomas son similares a los descritos anteriormente, pero suelen darse en un espacio de tiempo más corto y de forma muy intensa (palpitaciones, sensación de irrealidad, temblor, mareo, molestias gastrointestinales, sudoración, miedo a perder el control, creencia de que nos va a pasar algo terrible, etc.).
Los ataques de pánico pueden surgir debido a acontecimientos estresantes y por una vulnerabilidad al estrés que producen la aparición de respuestas biológicas al estrés y respuestas psicológicas como la sensación de que no se puede controlar.
SI TENGO UN ATAQUE DE PÁNICO EN ESTE MOMENTO, ¿QUÉ PUEDO HACER PARA SENTIRME MEJOR?
- Soy conscientede mis pensamientos exagerados. Los identifico e intento racionalizarlos.
- Respirolenta y profundamente, llevando el aire a la parte más baja del pulmón.
- Autoinstrucciones: “Estos síntomas no son peligrosos, igual que vienen, se van”.
“Voy a aceptar estas sensaciones y no tengo que hacer nada. No tengo que luchar contra ellas”.
Si ya ha pasado en otras ocasiones, “ya lo he pasado en otras ocasiones y no me ha pasado nada. En unos instantes me sentiré mejor”.
- Continúo con lo que estaba haciendo. Me centro en la tarea.
- 5. Palmadita en la espalda. He conseguido pasar este momento y ahora estoy bien.
Es importante con la finalidad de evitar que esta situación se repita, seguir las indicaciones referidas en el apartado anterior.